Esta tecnología recientemente introducida en la Medicina Estética, se basa en la emisión de ondas mecánicas radiales, que penetran hasta 3 cm por debajo de la piel a una velocidad de entre 5 y 20 metros por segundo, actuando sobre los capilares sanguíneos y linfáticos, los fibroblastos y los adipocitos.
Son capaces de aumentar la permeabilidad de los capilares y producir su vasodilatación así como de estimular la formación de nuevos capilares (neoangiogénesis). Las ondas acústicas aumentan el tono del tejido conectivo y la elasticidad cutánea y disminuyen el espesor del tejido graso debajo de la piel, efecto que puede ser medido con ecografía. Asimismo puede eliminar la “piel de naranja” producida por celulitis localizada. Su aplicación en las piernas mejora el drenaje venoso y linfático generando una sensación de ligereza en las piernas cansadas con mala circulación.